jueves, 12 de junio de 2008

tu mirada

Mientras me hablabas y yo te miraba,se detuvo el tiempo en medio instante:el amor me llamaba y yo le obedecía.Mientras me susurrabas y yo te amaba,se alzaron los sentimientos, mandó tu voz,el cielo se hizo visible en tus ojos,y yo pronuncié el querer en tus labios

Fue una mirada,un frenesí de besos,una lujuria de sentimientos.Fue un instante sin fin,sin tiempo para soñar.Y entonces despertamos,... y seguimos amándonos.

ariel y la lluvia

Ariel y la lluvia
El niño la miraba desde hacía rato. Con un poco de dudas, pero también con ganas.Subido a su sillita regalo del padrino , a través de los vidrios la veía acercarse.Se conocían desde hacía algunos años, pero, en realidad nunca habían conversado.Ella también lo miraba y, en un momento dado, le hizo señas.El dijo que no, con la cabecita enrulada.Ella giró sobre sí misma, acampanado su vestido de cristal y seda._ ¡Vení! ¡Vení a jugar conmigo! Te vas a divertir enormemente. ¡Nos vamos a divertir!Mi mamá no quiere. No me da permiso.Tu mamá también fue chica. Yo la conocí hace mucho tiempo y ¿sabés una cosa?, ella jugaba conmigo.Entonces esperáme que enseguida bajo.Y comenzaron a jugar:a la ronda'a las escondidas,al tejo,¡hasta a las bolitas! Unas bolitas blancas, hermosísimas, que ella misma fabricó.Y conversaron como viejos amigos.¿De qué hablaron? Ah, no sé. Yo no soy indiscreta.Seguramente él le contó sus cosas. Del papá que no conoce. De un hermanito que quisiera tener y que no se anima a pedirle a su mamá. De la señorita del 5' piso que lo cuida mientras su mami trabaja.De un barco que vio en la vidriera y con el cual se iría a buscar la sonrisa que su mamita perdió...Ella le dice que lo llevaría con gusto, que conoce tantos lugares...Tan entretenidos están que no se dan cuenta de la llegada de la señorita del 5`piso.
¡Pero Ariel! ¡Estás loco! ¿Cómo se te ocurrió salir con semejante tiempo? Estás empapado. ¡Te vas a pescar una pulmonía! ¿Y qué le digo a tu mamá ahora?Para peor, Ariel corre, resbala, se cae y se embarra.¡Y con las botas nuevas! ¡Qué barbaridad! se horroriza la señorita del Y.La lluvia, asustada, comienza a retirarse, pero alcanza a gritarle:¡No importa, Ariel! Decile a tu mamá que yo tuve la culpa.Y desapareció detrás de una nube gordota y oscura.
Y ASí ACABA, COMO VES
LA TRAVESURA DE ARIEL

la obeja negra

La Oveja negra
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra.
Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en los sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

el gato viejo y el raton jovencillo

- El gato viejo y el ratón jovencillo

Un ratón jovencillo, con muy poca experiencia, creyó ablandar a un viejo gato implorando su clemencia.
- Dejadme vivir –decía- . Un ratoncillo de mi tamaño y de mi apetito, ¿puede ser una carga para este palacio?, ¿Creéis, señor gato, que yo puedo reducir el hambre al amo y al ama, con todos sus criados? Un grano de trigo me alimenta; con una nuez me pongo como una bola. Pero ahora estoy flacucho; esperad algún tiempo; conservadme mejor para banquete de vuestros señores hijos.

Así hablaba al gato el ratoncillo prisionero. Aquél le dijo:
- Pierdes el tiempo, amigo. ¿A mi me vienes con tales discursos? Más ganaría hablando a los sordos. ¿Perdonar yo, siendo gato y siendo viejo? ¿Cuándo se ha visto esto? Así, pues, con arreglo a estas leyes, baja a lo profundo, muere ya, y vete al instante a arengar a las hermanas hilanderas (las parcas). No les faltará a mis hijos banquete de otros ratones.

Mantuvo el viejo gato su palabra, y ver ahora el sentido moral que a mi fábula conviene:
La juventud se ilusiona creyendo que todo lo consigue, y la vejez es implacable

la zorra y la pantera

Disputaban otro día la zorra y la pantera acerca de su belleza.
La pantera alababa muy especialmente los especiales pintados de su piel.
Replicó entonces la zorra diciendo:
-- ¡Mucho más hermosa me considero yo, no por las apariencias de mi cuerpo, sino más bien por mi espíritu!

Las cualidades del espíritu son preferibles a las del cuerpo.